Microcuentos y otros menesteres

Sunday, April 06, 2008

Ignacio: Ante todo, mucho karma

Podría haber soportado el verme obligado a comprar la mierda de la lotería en el trabajo sin tener cambio, con lo cual me salió más cara por el "qué dirán" y por el "mañana te lo traigo", pero encima me tocó, y cuando iba a cobrarla, me pasó un coche por encima, perdí el boleto, y cuando intentaba levantarme a recuperarlo, el coche me volvió a pasar por encima, esta vez marcha atrás (a las abuelitas cortas de vista no habría que acusarlas de denegación de auxilio, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad).

Tras operarme la vértebra que no era, volví a casa y resbalé en una pota de gato apenas traspasar el umbral, reuniéndose a toda velocidad mis restos con los restos de muñecas de porcelana inglesa de la vitrina de la entrada, cuya puerta de cristal no estaba, claro está, abierta, porque los gatos se llevan la colección de Mariquitas Pérez para jugar con ellas a cosas de mayores. Mala suerte, para una vez que el vómito de gato no aparece en alguno de sus lugares habituales, o sea, sobre el sofá, la PDA o la batería de cocina.

Dedicado a los primeros auxilios en el baño, que aquello parecía la escena sanguínea de "El resplandor", me di al fin cuenta de lo que pasaba: era el karma. Y dado que su influjo parecía más fuerte en aquellos lugares donde me consta que hay cobertura wifi, sólo podía provenir de una fuente.

Tras un cierto googleo, lo encontré: alguien había meneado una entrada mía en un blog, y claro, la Columna Durruti de Menéame me estaba fusilando a negativos. Le tengo que pedir a mis lectores que no me meneen, que no es un sistema hecho para nosotros, criaturas de la noche y de la oscuridad, y además, puede ir contra el sexto mandamiento (mis lectores suelen ser de orientación católica).

¡Jobar, menos 46 en un minuto y medio! ¡Récord!

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