Microcuentos y otros menesteres

Friday, July 07, 2006

Ignacio: Agrosfera

-¡Capitán Kirk: el Enterprise ha quedado atrapado en un abismo de la topología del espacio!

- Informe, señor Spock. ¿Es un agujero negro o un tunel de gusano?

-Me temo que es una zanja para sembrar papas, capitán.

-Maldición. Siempre ocurren cosas así en la Nebulosa del Koala. Debemos buscar una solución. Señor Sulu, mande un aviso a Cortijiyo 7, el planeta más cercano, a ver si nos pueden sacar de aquí con un rayo tractor.

-Capitán, me comunican que no disponen de un rayo tractor, pero que nos mandan un tractor como un rayo.

-Esperemos que lleguen a tiempo, antes de que suframos algún daño.Señor Spock, informe de las condiciones exteriores.

-Estamos rodeando los bordes exteriores de la zanja rústica, cerca del horizonte de eventos donde el grado de rusticidad empieza a arrastrar consigo la curvatura del espacio tiempo provocando efectos extraños. Esta zona recibe el nombre científico de Agrosfera.

-¿Cuál es el grado de peligrosidad?

-Si seguimos expuestos a las radiaciones Q-3, que son intensas en esta región, en cuestión de segundos todos experimentaremos alterajione en er habla y los uniformeh de la frota estelá se trasformarán en peyizas y camijas a cuadros. En poco ratiyo los humanoh desarrollarán una mutajión con forma de boina, todos menos yo, que como joy vurcano tengo máh rejistenzia y zólo zufriré hiperpilosidá en la zona el entrecejo. Er daño zerá irreverjible poco después.

-Otia, Espork, eso es mu gordo. ¿Qué vamo ajé?

-Vamo ajé un corrá, capitán.

Sunday, July 02, 2006

Ignacio: Ordenador

Aquella vez llegó con ganas de ultimátum.

¡Que yo no me vengo a vivir aquí, que esto parece una pocilga! Y no me vengas con que no sabes, que ya me he dado cuenta de que es un truco.
"-Hala, te pones ahora mismo a ordenar la casa, y mañana cuando venga, quiero ver resultados. ¿Está claro, pedazo de, de, de...? mira, mejor me callo y no te digo lo que pienso, que luego acabas escribiendo un cuento para hacerme burla. ¡Que te pongas a ordenar!, ¿eh? ¡Lo digo en serio!

Y se fue dando un portazo. Me pregunté si esta vez iba en serio, o si era otro de sus faroles: un montón de veces me ha amenazado con consecuencias apocalípticas si no daba un nuevo rumbo a mi vida, a mi casa y a mis calcetines sucios, no he hecho ni puto caso y al final no ha llegado la sangre al río: ella es así, tiene muy poca vergüenza. Pero en esta ocasión, algo despabiló mi sentido de la alarma, así que me levanté del sofá, me sacudí las migas de los cheetos de los pelos del pecho y me puse los calzoncillos, dispuesto a acometer tamaña tarea.

-Gatos, - dije - recoged los juguetes del suelo, limpiad vuestra arena y pasad el plumero para despejar de pelos el sofá.

-Ropa, - proseguí - sepárate en limpia y sucia; ropa sucia, sepárate en blanca y de color; ropa limpia, plánchate y guárdate.

-Cocina, - terminé - ordénate, friégate, despéjate, airéate y huele a limón.

Como era de esperar, no logré ningún resultado. Se lo tendría que explicar a ella al día siguiente. ¿De qué te sirve pasarte la tarde ordenando, si nada de lo que hay en la casa obedece tus órdenes?