Saturday, March 11, 2006

R. M.: ¡Qué insensatez!


Abrí el grifo y dejé correr el agua. Me incliné ante el lavabo, poniendo las manos debajo del grifo para lavármelas y... unas manos salieron por el desagüe, agarrando fuertemente las mías ¡Esas manos tiraban con fuerza de mi, intentando introducirme dentro del desagüe! No podía desasirme, y entonces, serenamente, dije, dirigiendo mi voz hacia esas manos que me mantenían prisionero: Oiga, así no vamos a ningún sitio. ¿No se da cuenta de que es imposible que yo quepa por este agujero? Y añadí: Vamos, deje de tirar o nos pasaremos el día entero en esta postura tan tonta. Las manos me soltaron inmediatamente y vi cómo se levantaban con las palmas abiertas, en una postura que inequívocamente pedían disculpas. Vale, dije yo, así está mejor.

Me lavé por fin y salí del baño. Menuda tontería, pensé. ¡Mira que querer hacerme pasar por un desagüe tan pequeño...!

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