R. M.: Una bicicleta imposible
Me quedé mirando aquella bicicleta imposible. No tenía pedales, así que me maravillé al verla y traté de imaginar cómo podría funcionar. En esto que llegó un mecánico y me pidió que por favor me apartara, que tenía trabajo que hacer en la bicicleta. Sé que era un mecánico porque vestía un mono lleno de grasa y en las manos llevaba... ¡dos pedales! Me aparté y me reí de la tontería de haber pensado que la bicicleta podía haber funcionado sin ellos. El mecánico me vio reír y me dijo, muy serio: si, ya sé que es una tontería ponerle esto porque no le hace ninguna falta, pero es la única manera para que la gente no se quede embobada mirando mi bicicleta. Hay días que hasta hay corros de gente. ¡Cómo! exclamé yo ¿Es que funciona realmente sin pedales? ¿Sin pedales? dijo el mecánico, claro que no, no funciona con pedales ni tampoco sin pedales, no funciona de ningún modo ¿no ve que tampoco tiene cadena? Es una bici vieja, y como apenas tengo sitio en casa, la tengo siempre aquí afuera.
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