Saturday, March 18, 2006

R. M.: Se acabó


Rufus Arius Mon estaba harto de compartir el pan y la sal con quienes no le entendían a él, ni con quienes él tampoco entendía. Desde lo más alto de la muralla, a mil metros sobre el suelo y arrogantemente desafiando a los cielos desde su altura, gritó, mirando hacia abajo: ¡¿No queríais más pan?! ¡Pues tomad pan! Hizo entonces un elegante pero rápido gesto, y del cielo cayeron al suelo cien mil panecillos recién hechos, todavía humeantes y rellenos de mermelada de fresas. Luego, gritó de nuevo: ¿Y sal? ¿No queréis también sal? Y Rufus Arius Mon hizo de nuevo un gesto, y una gigantesca ola repleta de salada agua de mar cayó sobre la multitud que pocos instantes antes se había lanzado a comer los sabrosos panecillos, y los ahogó a todos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home