Saturday, March 11, 2006

Doctor Slump: Cenando fuera

No podemos permitirnos hacerlo a diario, claro, pero es estupendo salir a cenar fuera una vez por semana, todos juntos en familia. Me encanta ver con qué ilusión esperan los niños la noche del sábado, cómo se pelean por elegir la comida, intentando no repetir. Si de ellos dependiera saldríamos todos los días, pero no puede ser: hay que tener un control o sería nuestra ruina. Lo entienden; son unos chicos estupendos.

Recuerdo nuestra primera salida, nerviosos, qué tontos. Encontramos un chino y les maravilló. Se emocionaron; tenían agua en los ojos y las bocas, pobres. Después fue un hindú. O aquellas horas bajo la lluvia buscando un japonés, porque se había empeñado la niña. También hubo decepciones, como el vegetariano; se quedaron con hambre y no han vuelto a pedirlo. Pero van comiendo de todo.

Mientras podamos, seguiremos dándoles estos pequeños caprichos. Creo que son importantes para la familia, que nos unen un poco más.

Ya los oigo inquietos rondándome. ¿A quién le toca elegir...? ¡Ah, sí! Al benjamín, mi tesoro.

- ¿Qué te apetece hoy, cielo? ¿Un mexicano? ¿Un italiano?

- Mamá, ¿puedo probar un policía?

- Lo que tú quieras, Hannibal, lo que tú quieras.

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